miércoles, 20 de mayo de 2009


A veces, nos empeñamos en luchar contra imposibles, en querer que todo
suceda como queremos, y no somos capaces de aceptar que nosotros no movemos los
hilos de la vida, que hay cosas que no dependen de nuestros deseos. Los años te dan esa calma serena para poder afrontar lo que se te va presentando en el
camino. No es resignación, es aceptación. Hay veces que luchar contra un
imposible, además de resultar inútil, puede hacernos mucho más daño que el hecho
en cuestión

No hay comentarios:

Publicar un comentario